Enfrentando los enemigos de Dios ( Éxodo 17:8-15)
La iglesia del Señor enfrenta diversos problemas mientras se hace la voluntad de Dios; pues se enfrenta a enemigos que le impiden obstaculizando su andar con Dios y robándoles el gozo de ser salvos, de sentirse importantes para Dios y además de hacerlos creer que son inservibles para hacer la obra de Dios en esta tierra. Israel también enfrento problemas causados por sus enemigos que se encontró en el desierto camino a la tierra prometida. En Éxodo 17 vemos el primer enfrentamiento de Israel como nación ante sus enemigos, antes Dios había obrado por ellos, ahora sería a través de ellos y reflexionemos de cómo Dios quiere que nosotros enfrentemos a nuestros enemigos y salgamos vencedores y hagamos su voluntad.
levantando Las manos de los Lideres
"Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y, se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol" (Éxodo 17:12)
El pueblo judío caminaba por el desierto en dirección a la tierra prometida. Pero el desierto no lo era tanto. Los pueblos enemigos vigilaban su paso. La tribu amalecita, antigua, "cabeza de naciones" (Números 24:20), guerreaba para defender sus pastos y los pequeños oasis junto a los pozos. El encuentro se hacía inevitable. Moisés plantea la batalla. Con la vara de Dios en su mano sube a la cumbre del collado acompañado por Aarón y Hur.
Los guerreros judíos eran novatos en la lucha. No conocían el terreno ni estaban acostumbrados a este tipo de pelea. Pero allí se hallaba Moisés, con sus brazos alzados en actitud de oración, con la "vara de Dios" en las manos, seguro de la autoridad que le venía del cielo. Moisés simplemente movía las manos a derecha e izquierda, dirigiendo la batalla con la "vara de Dios", es decir, en nombre de Dios, con la autoridad de Dios.
Moisés era el líder. El elegido de Dios para planear aquel primer encuentro entre israelitas y amalecitas. Pero los líderes no son dioses. Son hombres. Hombres que se ilusionan y se deprimen, se animan y se agobian, pelean y se cansan, conducen a otros y desfallecen en la intimidad. Sus manos eran manos de hombre, no de superhombre. Manos abiertas e ilusionadas cuando la lucha empieza, manos cerradas, comprimidas, deprimidas, frías por el desmayo, sucias de polvo, sudorosas del esfuerzo cuando cae la tarde.
"Las manos de Moisés se cansaban". Los líderes también sienten las manos cansadas. De tanto levantarlas en imploraciones por otros, de tanto estrecharlas para transmitir su calor, su fuerza, su seguridad y su confianza. Pero aquí vemos que Moisés como líder no estaba solo tenia amigos, que le ayudaban a mitigar su cansancio , a levantarle el espíritu caído dispuestos a enjugar sus lagrimas, llanos a apoyar su liderazgo en todo lo que se les pidiere.
Vemos aquí que Moisés tenía dos amigos uno de ellos era Aarón su hermano carnal y amigo y Hur los cuales sostuvieron las manos de Moisés." En los momentos en que perdía fuerzas El uno de un lado y el otro del otro". Y Moisés aguantó con firmeza "hasta que se puso el sol". Continuó implorando a Dios y dando ánimos a su pueblo, pero ayudado -esto es muy bonito- por aquellos mismos a quienes el ayudaba ante Dios y contra los hombres.
Amalec representa los numerosos obstáculos que el líder cristiano encuentra en su vida. Las batallas, grandes y pequeñas, que ha de librar contra los incircuncisos de corazón. Amalec tipifica también las luchas íntimas del líder, esa otra batalla entre la "intención de la carne" y "los deseos del espíritu". Ser líder cristiano, o responsable de una congregación en esta época desquiciada, falta de equilibrio mental y despersonalizada por la técnica es algo tremendo y que difícilmente se aguanta. Tan sólo la Gracia de Dios sostiene al servidor que ha elegido para que tome en sus manos la vara, y suba al collado, y dirija la lucha, y ore por el pueblo, y lo anime a proseguir el combate emprendido contra las fuerzas del mal.
¿Quiénes son los enemigos de Dios? (v.8) “Después vino Amalec y peleó contra israel”
Los amalecitas reciben su nombre de Amalec, existen dos teoría acerca de este personaje. La primera dice que es Amalec, nieto de Esaú, siendo hijo de Elifaz (Gn.36.12), la otra teoría es que desciende directamente de Cam, hijo de Noé, pues los amalecitas ya son mencionados en tiempo de Abraham Lot (Gn. 14:7). Pero lo interesante de esto es que ya sea por ambas partes se puede decir que los amalecitas tienen antecesores que conocían de Dios, pues tanto Esaú, como Noé, fueron personas que tuvieron conocimiento del Dios viviente; pero se dejaron llevar por la corriente de los demás pueblos corrompiéndose y extraviándose del camino verdadero y eterno.
Los amalecitas eran nómadas establecidos cerca del Sinaí; ejercían control en las rutas por donde las caravanas de viajeros solían pasar, parte de su sostenimiento se basaba en robos hechos a los viajeros, además matando por placer. Cuando vieron a los israelitas rumbo a la tierra prometida vieron una oportunidad perfecta para el placer y el provecho. Atacaban a los más débiles y cansados que iban rezagados en el camino, sin ningún tipo de temor de Dios.
En nuestros días a iglesia del Señor también tiene enemigos que buscan oportunidades para robar y destruir, siendo el mayor, nuestro adversario el diablo, quién usa diversos medios y personas para conseguir esto; uno de los enemigos más peligroso de la iglesia de Dios, se encuentran precisamente dentro de sus filas; personas que igual que los amalecitas tienen un conocimiento de Dios y sin temor alguno lanzan fuertes golpes a la obra de Dios, principalmente a los débiles y rezagados en este crecimiento que debe de darse en la congregación; estos enemigos se corrompen en el mundo y dejando a Dios de lado haciendo uso su voluntad para regir sus vidas. El Pueblo de Dios debe ser parte de los que están de su favor y pelean de su Ejercito
Las manos de Cristo, nuestro gran Capitán, no se cansan nunca. No son manos pesadas por el esfuerzo, sino ligeras por el amor. Las manos de Cristo están siempre alzadas, vivas siempre, siempre intercediendo por nosotros.
Pero los líderes no son Cristo. Los líderes se cansan. Y se sientan sobre una piedra. y dejan caer sus manos desfallecidas a lo largo de un cuerpo agotado.
Estos líderes son personas con alma de hombre y cuerpo de hombre. Estos líderes, ya lo sean a nivel local nacional o internacional, necesitan Aarones y Hurs. Amigos que le busquen una piedra sobre la que puedan descansar, que sostengan sus manos mientras dirigen la pelea, que le ayuden a permanecer firmes en la fe hasta que se ponga el sol de sus años y Dios disponga terminada su misión en la tierra.
Iglesia , Hermanos Dios nos enseña a través de su palabra que su puebla debe apoyarse mutuamente y también Ayudemos a los líderes ayudar a sus Pastores alzando sus manos con amor de hermanos y nuestra oración poderosa. No es correcto dejar solos a sus lideres sin contar con su apoyo.
II. Todos nosotros podemos ser parte importante de la batalla (v. 9) “Y dijo Moisés a Josúe. Escoge algunos hombres y sal a pelear contra Amalec”
Moisés consciente de su propia decadencia física y de la destreza militar de Josué, no vacila en conferirle el mando en aquella situación tan crítica. Josué hombre de aproximadamente 40 años, siendo jefe de la tribu de Efraín, con aptitudes para organizar al pueblo para la batalla, además de seleccionar a los combatientes, cuenta con la confianza de Moisés para realizar esta labor; Moisés solo le dará instrucciones desde lo alto de la colina con la vara de Dios. Es parte del plan de Dios que el pastor busque dentro de las filas de la iglesia hombres y mujeres con el carácter de Josué, con su misma calidad moral y valor para saber enfrentar cualquier problemas con aplomo.
Es por esto que los pastor deben tener a su lado un grupo de colaboradores en quienes se pueda delegar responsabilidades y de quienes se pueda tener la confianza de que sabrán resolverlos satisfactoriamente y para el bien de la mayoría de la iglesia.
III. Todos (iglesia) somos importantes para vencer a los enemigos (v.11,12) “Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Isarel vencía; pero cuando él bajaba su mano, vencía Amalec. Pero como las manos de Moisés se cansaban... Aaron y Hur sostenían sus manos”
Pero no solo Josué fue parte importante de esta batalla, Aarón y Hur, también fueron incluidos dentro de la batalla, no al frente sino sosteniendo las manos de Moisés cuando este se cansaba. Se dice que cuando Moisés levantaba su mano (posiblemente con la vara de Dios en ella) el pueblo de Israel ganaba, pero cuando bajaba, los amalecitas prevalecían. El papel de Moisés es importante pues al levantar sus manos ocurría una obra milagrosa, pues Israel avanzaba contra el enemigo. La vara en manos de Moisés simbolizaba el poder de Dios obrando a favor del pueblo, y las manos levantadas simbolizan la intercesión y el conducto por el cual fluye dicho poder. Las oraciones de Moisés combinadas con el esfuerzo de los israelitas fueron armas eficaces. Aaron y Hur son los apoyos necesarios para evitar el desfallecimiento de Moisés. No es parte del plan de Dios que una sola persona haga todo el trabajo en la iglesia, sino que Dios quiere que todos puedan involucrarse en hacer que la iglesia crezca en todos los sentidos. El papel del pastor es capacitar para que los miembros hagan la obra del ministerio y mientras estos luchan contra los enemigos, el pastor intercede delante de Dios para darles la victoria sobre los enemigos, pero también es necesario apoyo para el pastor para que el cansancio y el desanimo no acabe con él. Entones todos juntos haciendo cada uno su papel y responsabilidad según sus dones, talentos y llamado, podemos asegurar la victoria sobre los enemigos
IV. Dios nos promete y cumple que nuestro enemigos serán destruidos (v. 14b., 16b) “...di a Josúe que borraré del todo la memoria de Amalec”
Los amalecitas fueron vencidos en esta primera batalla de Israel, sin embargo el juicio de Dios vino sobre ellos, al levantar su mano contra el trono de Jehová (v.16); que es Su pueblo. Después de esta batalla en Refidim; Israel tuvo otros encuentros contra los amalecitas siendo Amán, el último amalecita, y que fue muerto en la hora que había preparado para una trampa para Mardoqueo en el libro de Ester. Así se cumplió el juicio de Dios; debemos estar seguros de que Dios cumplirá sus promesas y que los enemigos aquellos que causan problemas y obstáculos al Dios y su Reino terminarán de sobre la faz de la tierra
• b. Amalec ayuda al rey de Moab para atacar a los israelitas (Jue. 3:13
• c. Une sus fuerzas con los madianitas y los hijos del oriente para destruir a los israelitas Jue.
6:3-5
• d. Saúl tiene la orden de Dios de destruir a los amalecitas, pero perdonó al rey y tomo botín
(1ªSam. 15)
• e. En tiempo del rey Ezequias, se atacó a lo que quedo de Amalec (1º Cr. 4:43)
• f. Amán, último amalecita, es muerto en la hora que había preparado para Mardoqueo en el libro de Ester
Así se cumplío el juicio de Dios; debemos estar seguros de que Dios cumplirá sus promesas y que los enemigos aquellos que causan problemas y obstáculos al Dios y su Reino terminarán de sobre la faz de la tierra.
Reflexión
Son muchas las Iglesias y congregaciones que se están destruyendo por no estar cumpliendo el propósito para el que fueron creadas; los enemigos de Dios podemos ser todos aquellos que no queremos hacer Su voluntad, y a estos hay que añadir a los ya conocidos; Satanás, la muerte y el mundo. Dios tiene para nosotros la victoria, solamente debemos tomarla en nuestras manos y hacerla realidad.
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